15 de mayo de 2009

Cuidado con la Nefritis

Posted by Orlando Quevedo On 14:34 Sin Comentarios

Si su hijo presenta hinchazón en la cara y piernas, orina poco y oscuro, y tiene la tensión arterial elevada, podría tener nefritis, enfermedad a la que también se le denomina síndrome nefrítico, porque puede haber otras patologías con un cuadro parecido.
La frecuencia con la que están llegando cada vez más casos al Hospital de Niños de la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera (CHET) me motivó a escribir este artículo.
¿Qué la causa?
La nefritis puede ser el comienzo de una enfermedad generalizada con ataque a los riñones, también se presenta durante la evolución de ciertos trastornos patológicos. Algunos de los males que la acompañan pueden ser lupus eritematoso y púrpura de Schonlein Henoch.
Los agentes infecciosos son los que frecuentemente sirven de detonantes de esta enfermedad. Entre los principales involucrados se encuentra el Estreptococo Beta Hemolítico del Grupo A. Se han considerado otros agentes bacterianos, tumorales, virales y antígenos como la Tiroglobulina. Pero, lo más frecuente es que el niño presente una infección por el Estreptococo, tanto en la garganta como en la piel, y de estos los más frecuentes causantes de nefritis son los llamados nefritogénicos que atacan al infante dos a tres semanas antes de iniciarse la afección. Los nefritogénicos más frecuentes son los tipos 1-2-3-4-12-18-25-49-55-57-60.
Cuando se toman muestras y se analizan en el laboratorio se encuentran sangre y proteínas en la orina.
Cómo neutralizarla
No hay tratamiento específico para la nefritis, pero en la fase inicial éste se dirige a la detención temprana de las complicaciones y su tratamiento sintomático adecuado.
La hipertensión arterial es la compilación más importante y constituye motivo de hospitalización, porque puede ser fatal. Es muy importante que cuando su niño presente manifestaciones clínicas o síntomas que hagan sospechar de esta enfermedad, acuda de inmediato a un centro hospitalario para su atención, ya que la gran mayoría de casos son de buen pronóstico, mientras que algunos pueden desencadenar en transplante renal.

Dios los Bendiga
Orlando Quevedo

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