1 de julio de 2009

Enfermedad Celiaca

Posted by Orlando Quevedo On 23:31 Sin Comentarios

¿Qué es?
La Enfermedad Celíaca es también conocida como Esprue no tropical, o Enteropatía por sensibilidad al gluten. Se trata de un trastorno hereditario autoinmune, en el cual el paciente presenta un rechazo alimentario de tipo inmunológico al gluten (proteína que se encuentra en el trigo y el centeno, y en menor grado en la cebada y la avena), que provoca cambios en el intestino delgado que conllevan a una malabsorción. Debido a la respuesta inflamatoria, de base inmune, desarrollada por el organismo ante la ingesta de gluten, el revestimiento del intestino delgado resulta dañado dificultado la absorción de macro y micronutrientes.
Es una patología relativamente frecuente, y puede comenzar a cualquier edad, desde la infancia hasta la última parte de la vida adulta. Además, en ocasiones, podemos encontrar esta enfermedad asociada a otras patologías. Algunas de ellas son:
Dermatitis herpetiforme.
Diabetes Mellitus tipo I.
Déficit selectivo de Ig A.
Síndrome de Down.
Tiroiditis autoinmune.
Intolerancia primaria a la lactosa.
Por otra parte, la Enfermedad Celiaca eleva el riesgo de presentar, en la persona que lo padece durante su evolución, algunas de las complicaciones siguientes:
Desarrollar un linfoma no Hodgkin: el riesgo de desarrollo es 6 veces superior a la población general.
Desarrollar carcinomas digestivos: faríngeo, esofágico, estómago, rectal, etc.
¿Cómo se produce?
En la Enfermedad Celíaca, parte de la molécula del gluten se combina con anticuerpos en el intestino delgado, provocando que se aplane la mucosa intestinal, que habitualmente tiene una forma de cepillo (vellosidades). La superficie lisa resultante es mucho menos capaz de digerir y absorber nutrientes. Por tanto, cuando la persona ingiere alimentos que contienen gluten, su sistema inmunológico responde dañando el intestino delgado, se dañan las vellosidades y no se absorbe los alimentos produciéndose malnutrición.
Cuando se eliminan los alimentos que contienen gluten, la superficie normal con forma de cepillo habitualmente reaparece y la función intestinal vuelve a normalizarse.
La causa exacta de la enfermedad celiaca se desconoce, únicamente se conoce el mecanismo fisiopatológico que ocasiona los síntomas. Aquellas personas con familiares que padezcan esta enfermedad tienen más riesgo de desarrollarla, y también es más común en las personas caucásicas y en las mujeres, por lo que se supone un componente genético como predisponente a padecer esta patología.
Sintomatología
Los síntomas de esta enfermedad pueden variar de una persona a otra, y son el motivo de que el diagnóstico con frecuencia se retrase. A veces la persona presenta estreñimiento, otras diarreas, otras alternancias del ritmo intestinal, etc. También puede presentar dolor y distensión abdominal, disminución de apetito, nauseas y/o vómitos, perdida de peso, etc.
Además de los síntomas anteriores, el paciente presentará los síntomas derivados de las deficiencias nutricionales resultantes de la malabsorción. Éstos incluyen síntomas anémicos, dolor en los huesos (osteomalacia u osteoporosis), sensación de hormigueo en los brazos y piernas, tendencia a la formación de hematomas (por deficiencia de factores de la coagulación), valores bajos en sangre de proteínas, calcio, potasio o sodio, etc.
Otros síntomas que también puede mostrar ya fuera de la esfera digestiva son: alteraciones menstruales, pérdida de cabello, irritabilidad y cambios en el comportamiento, convulsiones, depresión, alteraciones de la piel, etc.
En los niños, además de los síntomas digestivos (náuseas, vómitos, diarreas, distensión abdominal), encontramos perdida de masa muscular, de peso, falta de crecimiento, irritabilidad, raquitismo, hematomas, etc.
Diagnóstico
Para llegar al diagnóstico de la enfermedad celiaca, el clínico debe realizar una buena historia clínica, recogiendo datos acerca de las características de las deposiciones, horario, sensación acompañante, hábitos alimenticios, antecedentes personales y familiares, fármacos que toma, etc.
Posteriormente se realizará un examen físico al paciente, que debe incluir una completa exploración abdominal, medir la talla y el peso, y las distintas constantes vitales.
Además, en los pacientes con sospecha de padecer esta enfermedad se pueden practicar algunas de las pruebas complementarias siguientes:
Análisis de sangre y coagulación: puede detectar la presencia de anemia, deficiencias nutricionales, de iones y vitaminas, alteración hepática, etc.
Análisis de heces.
Análisis inmunológico: permite detectar anticuerpos que ocasionan la enfermedad, como son los anticuerpos antiendomisio Ig A, la antitransglutaminasa tisular Ig A, anticuerpos antigliadinas Ig A,..l. Combinados estos anticuerpos brindan un indicador sensible y específico para diagnosticar la Enfermedad Celiaca.
Prueba de absorción de xilosa.
El diagnóstico definitivo se realizará mediante el examen microscópico de una biopsia duodenal distal, que evidencia un revestimiento del intestino delgado aplanado, que mejora después de dejar de ingerir productos con gluten. La muestra se coge mediante endoscopia, y puede ser precisa en tres ocasiones: para el diagnóstico inicial, tras comenzar el tratamiento para ver la mejoría de las lesiones, y en un último caso cuando se expone nuevamente al paciente al gluten, para observar la reaparición de las lesiones intestinales.
Estudios genéticos: cuando existan dudas diagnósticas o antes la imposibilidad de llevar a cabo el estudio endoscópico, se investiga la susceptibilidad genética de padecer esta enfermedad mediante diferentes determinaciones.
Además de las pruebas anteriores, encaminadas al diagnóstico de esta enfermedad, también se solicitarán pruebas para el despistaje de las enfermedades o complicaciones asociadas a esta patología: análisis específicos, parásitos en heces, densitometrías, TAC, etc.
Tratamiento
El único tratamiento eficaz es una dieta exenta de gluten para toda la vida, ya que incluso la ingesta de pequeñas cantidades de gluten pueden producir síntomas.
El gluten es tan ampliamente utilizado en los productos alimenticios que las personas con este trastorno necesitan listas detalladas de alimentos a evitar y el consejo de un especialista en dietética. El gluten se encuentra en aquellos alimentos que contengan trigo, centeno, cebada y posiblemente avena, como por ejemplo en productos comerciales elaborados como sopas, salsas, pastas, etc. Se deben excluir de la alimentación todos aquellos alimentos que contengan esta sustancia, pero eso no significa que el paciente con Enfermedad Celiaca no puede realizar una dieta equilibrada. Podrá sustituir estos alimentos por papas, maíz, arroz, soja o harina de habas, alimentos naturales como carnes, huevos, leches, pescado, etc.
Con esta medida se consigue la mejoría de los síntomas a partir de las dos semanas, la normalización serológica (anticuerpos) entre 6-12 meses y la recuperación de las vellosidades intestinales en torno al año. Los regímenes alimentarios libres de gluten mejoran sustancialmente el pronóstico tanto en los niños como en los adultos.
No obstante, a veces, a pesar de los cambios en la alimentación, el paciente continúa con importante diarrea y malnutrición, y es necesario recurrir incluso a la nutrición por vía intravenosa para mejorar los parámetros nutricionales. También en estos casos resistentes, en los que el trastorno ha entrado en una fase sin respuesta, se recurre a los corticosteroides para controlar los síntomas. Incluso, cuando las dosis de corticoides empleadas son altas, es posible la asociación con inmunosupresiones (azatioprina y ciclofosfamida) para intentar disminuir la cantidad de corticoides utilizada.
Además de las medidas anteriores, se recomiendan suplementos proteicos, de vitaminas y minerales para corregir las deficiencias nutricionales, según sean los déficits nutricionales detectados en la valoración diagnóstica.
Medidas preventivas
Al desconocerse la causa exacta de esta patología, no existen medidas preventivas que eviten su desarrollo.
Sin embargo, el conocimiento de los factores de riesgo (como tener un familiar que sufra de este trastorno) puede aumentar las probabilidades de obtener un diagnóstico y tratamiento tempranos.

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