7 de julio de 2009

El Burnout o síndrome de quemarse en el trabajo

Posted by Orlando Quevedo On 12:43 2 comments


Suele considerarse el inicio del estudio del burnout en el año 1974, cuando Herbert Freudenberger empieza a dedicarse a este tema. Desde entonces, este concepto se ha desarrollado y expandido con mucha velocidad. ¿Quién no ha oído a algún compañero o se ha sentido alguna vez “quemado” en el trabajo?
Sin embargo, el burnout es algo más que un concepto psicológico de moda. Constituye un área de estudio muy desarrollada en congresos científicos y una preocupación grande en servicios de salud y departamentos de RR.HH.
Popularmente se iguala burnout a estrés laboral. Pero, en realidad, es fácil distinguir estos dos conceptos.
El estrés laboral, como cualquier tipo de estrés, surge cuando nuestras demandas exceden a los recursos de los que disponemos para hacerles frente. Es decir, cuando nos sentidos sobrepasados, desbordados por las tareas que hemos de realizar (ya sea porque nos lo piden los clientes, los jefes, los compañeros, o bien, porque nos lo pedimos nosotros mismos).
La buena noticia es que estar estresados de forma temporal no nos afectará forma grave.
Al contrario, al hablar de burnout estamos aludiendo a una realidad más compleja y problemática que la del estrés laboral. El burnout aparece en profesiones en las que se tiene que tratar estrechamente con otras personas (personal docente, sanitario, trabajadores de servicios sociales, etcétera).
El burnout tendría tres dimensiones básicas: el agotamiento emocional, la despersonalización y la baja realización personal.
El agotamiento emocional se caracteriza por el tedio, la pérdida del atractivo y el disgusto hacia las tareas que se han de realizar.
La despersonalización consiste en la falta de interés, la racionalización burda de los problemas ajenos, la falta de empatía, e incluso, el culpar a las personas que atendemos de todos sus males.
La baja realización personal en el trabajo incluye valorar que el trabajo que uno realiza no merece la pena, no tiene sentido, también el pensar que las cosas van mal en la institución en la que se trabaja y esas cosas no van a cambiar nunca; por último, surge el deseo de abandonar esa situación: salir de esa empresa, o incluso cambiar de profesión.


Algunas diferencias entre estrés laboral y burnout.
El burnout aparece a largo plazo, mientras que el estrés puede aparecer antes. El burnout tiene un carácter crónico, no sólo en los “picos” de intensidad del trabajo.
El burnout tiene componentes depresivos, puede aparecer tristeza, en el caso del estrés los afectados hablan, más bien, de “nervios”.
El estrés puede tener tanto efectos positivos (anima a esforzarse por acabar con el problema) como negativos. El burnout tiene sólo efectos negativos, tanto para la persona que lo sufre como también para las personas con las que trabaja.
También son diferentes las circunstancias antecedentes, es necesario que existan altas expectativas previas en el caso de Burnout, pero no en el del estrés. Las personas que más se esfuerzan son más vulnerables a “quemarse”.
El burnout no disminuye con las vacaciones, sí lo hace el estrés.
Sobre las causas, el burnout tiene que ver con variables personales, y organizacionales:
Variables personales: cómo se plantea la persona sus objetivos laborales y personales (el perfeccionismo), cómo organiza su tiempo de trabajo o de ocio.
Variables organizacionales: las características de su trabajo, la cantidad de supervisión y apoyo que se recibe por parte de otras personas, el nivel de participación en las decisiones e incluso las condiciones ambientales y físicas del lugar en el que se trabaja.
Por último, un mensaje esperanzador: si hemos detectado la presencia de burnout podemos intervenir sobre el mismo. Existen teorías y técnicas para hacer nuestros lugares y tareas de trabajo más amigables, y es posible cambiar nuestra manera de asumir las responsabilidades laborales.
Son especialmente útiles las intervenciones congnitivas basadas en Terapia Racional Emotiva, puede consultarse sobre ellas a un psicólogo de orientación cognitivo-conductual. También es útil la programación y balance del tiempo ocio, de actividades cotidianas, y laboral. Puede, de igual forma, solicitarse apoyo a un profesional, es más difícil de lo que parece gestionar el tiempo.
El trabajo es y puede ser para muchas personas un área de desarrollo humano.

2 comentarios :

Me he dedicado toda mi vida a estudiar el fenómeno del burnout y los felicito por este Blog. He escrito varios libros, los cuales pueden leerse en Google libros solamente tecleando mi nombre: Luis Felipe El Sahili. Quisiera aportar lo siguiente:
Me parece importante hablar de los modelos que lo producen, en Psicología para el docente hablo de 4 modelos que pretenden explicar cómo se produce el burnout.
* El modelo de descompensación valoración-tarea-demanda representa uno de los primeros modelos teóricos para explicar el burnout, propuesto por Kyriacou y Sutcliffe (1978), quienes consideran que se presenta cuando existe una descompensación entre la valoración del esfuerzo realizado con toda la gama de estrategias que tiene que realizar el docente a lo largo del día y la existencia de solicitudes laborales que exceden sus capacidades; los factores personales y organizacionales también influyen sobre dicho proceso.
* El modelo sociológico, creado por Woods, propone tres variables: micro (personalidad y profesionalización personal), media (instituciones educativas) y macro (política gubernamental y economía global). El capitalismo presiona para que se logre la eficiencia, y las tareas de alto nivel se transforman en rutinas, lo que hace que el docente se vuelva más técnico que profesionista; la escuela y las características de personalidad del docente se conjugan para dar por resultado el burnout.
* El modelo opresión-demografía, propuesto por Maslach y Jakson (1981), considera que las características opresoras del trabajo, en combinación con las características sociodemográficas, son las causas principales del burnout. Entre estas últimas, destaca la vivencia del estrés, la evaluación de los demás y la evaluación de sí mismo. Cabe destacar que este modelo es el más seguido en la actualidad.
Asimismo, uno de los modelos más recientes fue creado por un servidor:
* El modelo demografía-personalidad-desilusión, propuesto por El Sahili González (2010), incluye los factores sociodemográficos, que se conjugan con la presión emocional, el elevado involucramiento en las tareas, así como la demanda de atención, lo cual engloba el concepto de desgaste por estrés, en conjunto con la desilusión gradual sobre el entorno, todo lo cual genera una pérdida en el interés vocacional y una disminución de la energía.
Si desean pueden escribirme y consultarme para investigaciones en luisfelipe-elsahili@hotmail.com.
O bien si les interesa comprar el libro: Docencia: riesgos y desafíos, publicado por Editorial Trillas, edición 2011 de Luis Felipe A. El Sahili González. Ahí abordo muy ampliamente el tema del desgaste profesional docente.
Saludos

Luis Felipe El Sahili

Muchas gracias por tu aporte...! en verdad es bien interesante este sindrome de burnout.

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