11 de julio de 2009

Artrosis

Posted by Orlando Quevedo On 18:13 Sin Comentarios


¿Qué es?
La artrosis es una enfermedad que lesiona el cartílago articular produciendo dolor, rigidez e incapacidad funcional de la articulación afectada.
Las articulaciones son las estructuras que unen los huesos permitiendo la movilidad del cuerpo humano. Las partes finales de los huesos tienen unas superficies lisas que son los cartílagos, que permiten un rozamiento suave entre dichos huesos.
Con el fin de alimentar, proteger y cubrir estas terminaciones de cartílago, las articulaciones disponen de una membrana que las recubre saltando de un hueso a otro y que se denomina membrana sinovial.
En el interior de la articulación existe un fluido denominado líquido sinovial producido por dicha membrana y que contribuye a mantener lubricada la articulación evitando el rozamiento entre los huesos.
En España la artrosis afecta aproximadamente al 10% de la población general y su frecuencia aumenta con la edad.
Cómo se produce
La artrosis es el resultado de una serie de trastornos mecánicos y biológicos que tienen como consecuencia la desestabilización en el normal acoplamiento del cartílago articular, el hueso y la membrana sinovial. Este deterioro evoluciona en varias fases. Inicialmente el cartílago deja de ser firme y se reblandece perdiendo su elasticidad habitual y su capacidad para amortiguar los movimientos de la articulación. En una fase intermedia se adelgaza y en algunas zonas desaparece. Finalmente, aparecen zonas en las que el extremo del hueso deja de estar protegido por el cartílago quedando expuesto al rozamiento con el otro hueso. La consecuencia es que el hueso sufre y reacciona volviéndose más compacto (esclerosis) y se deforma, crece en los extremos y márgenes formando unas protuberancias (osteofitos). El daño del cartílago articular es irreparable de ahí la importancia de evitar su lesión.
En el desarrollo de la artrosis intervienen varios factores; algunos modificables como la obesidad, determinadas ocupaciones laborales, déficits nutricionales, el excesivo ejercicio físico o traumatismos repetidos sobre una misma articulación que favorecen el riesgo de artrosis o degeneración del cartílago articular y otros no modificables como la edad, sexo, herencia y raza.
Sintomatología
El síntoma fundamental es el dolor, si bien pueden aparecer también rigidez, limitación de la movilidad, crepitación y grados variables de inflamación o derrame. El dolor suele aparecer cuando se exige un esfuerzo a la articulación enferma, bien sea de movimiento o de carga. En fases más evolucionadas el dolor puede incluso aparecer en reposo o durante el descanso nocturno.
Después de un tiempo de reposo o descarga (sentado o acostado) puede notarse una dificultad para empezar a mover de nuevo la articulación enferma que se ha vuelto rígida, como si estuviera "mal engrasada", ocasionando discapacidad. El crecimiento de los extremos del hueso origina deformidad.
La rodilla y las articulaciones finales de los dedos de las manos pueden presentar alteraciones en su alineamiento (luxaciones o subluxaciones), piernas arqueadas o dedos desviados.
Las localizaciones fundamentales de la artrosis son la columna cervical y lumbar, hombro, dedos de las manos, la articulación de la raíz del pulgar (trapecio-metacarpiana), cadera, rodilla y 1ª articulación del dedo gordo del pie.
Fuera de estos lugares, la artrosis es rara, y cuando aparece, se debe sospechar la presencia de un daño previo o de una enfermedad articular subyacente.
La artrosis de la columna vertebral, además de dolor se produce una dificultad para el movimiento y contractura de los músculos de la región afectada. En determinadas ocasiones el dolor puede transmitirse a las extremidades, especialmente las inferiores, con crisis de ciática.
Diagnóstico
Los datos fundamentales para el diagnóstico son los síntomas y signos clínicos que el médico recoge tras una detallada historia clínica y exploración física articular y los hallazgos radiológicos. Si bien en los primeros estadios las alteraciones en la radiografía simple son mínimas o incluso ausentes, resulta especialmente útil en personas menores de 60 años de edad, donde existe una buena relación entre los síntomas y las anomalías radiológicas. Con la evolución de la enfermedad encontraremos pinzamiento o disminución del espacio articular, esclerosis en las superficies articulares de ambos huesos (esclerosis subcondral), osteofitos, geodas, luxaciones o subluxaciones.
Los análisis de sangre y orina no resultan alterados a menos que exista una enfermedad asociada. A veces puede extraerse líquido sinovial de la articulación afecta (artrocentesis) que permite descartar la presencia de otros procesos inflamatorios además de aliviar el dolor.
Tratamiento
No existe un tratamiento curativo. Los objetivos fundamentales son el alivio del dolor y el mantenimiento de la capacidad funcional. El tratamiento debe ser individualizado y ajustarse a la articulación afecta. Para ello se disponen de tratamientos físico, farmacológico y, a veces, la cirugía.
Medidas físicas
Constituyen una serie de procedimientos destinados a mejorar la sintomatología y la habilidad para desempeñar las tareas laborales, domésticas, de la vida de relación y del cuidado personal. Se incluye el aprendizaje y práctica diaria de ejercicios físicos destinados a mejorar la movilidad articular y a potenciar la fuerza muscular, así como el uso adecuado del calor y el frío así como férulas y sistemas ortopédicos que ayuden a disminuir la sobrecarga de una articulación artrósica. El ejercicio aeróbico (natación, paseo) practicado regularmente contribuye al control de la enfermedad.
Eliminar el sobrepeso resulta especialmente útil y necesario en la artrosis de rodilla y otras articulaciones de carga como cadera y columna lumbar.
Tratamiento farmacológico
Entre los fármacos que podemos utilizar se encuentran los analgésicos como el paracetamol. Los antiinflamatorios no esteroideos luchan contra el dolor, la inflamación y la rigidez. Se pueden utilizar durante largos periodos de tiempo ya que no disminuyen su efecto con el tiempo (tolerancia) ni originan dependencia. La respuesta de cada paciente a los antiinflamatorios es variables, por ellos a menudo es necesario probar con distintos medicamentes hasta encontrar el que es más eficaz. Uno de los inconvenientes habituales en el uso de antiinflamatorios es la posibilidad de irritar el estómago y lesionarlo, por ello se recomienda un fármaco protector.
En ocasiones en las que el dolor no se controla con estos fármacos pueden utilizarse la codeína o el tramadol, cuya potencia analgésica es mayor pero su efecto sobre sistema nervioso central sí puede inducir tolerancia y dependencia.
Otras medidas de mas dudosa utilidad
La utilización de antiinflamatorios tópicos y/o capsaicina constituyen otra alternativa.
El sulfato de glucosamina, el condroitín sulfato y la diacereína constituyen un grupo de fármacos de reciente aparición que resultan eficaces para controlar los síntomas de la artrosis a largo plazo.
Las infiltraciones con corticoides o ac. Hialurónico dentro de las articulaciones puede resultar útil.
Tratamiento quirúrgico
En pacientes con artrosis avanzada e incapacitante, la cirugía puede ser necesaria para atenuar el dolor y recuperar la mayor función posible de la articulación o corregir una deformidad. Se incluyen el lavado articular, las osteotomías y las artroplastias.
El lavado articular cosiste en limpiar y lavar la articulación, eliminando las adherencias y cuerpos extraños. La osteotomía consiste en cortar cuñas de hueso y realinear colocando en posición correcta la articulación. Se aplica sobre todo a la rodilla. Generalmente se realizan en pacientes menores de 65 años y en fases sintomáticas iniciales con el objetivo de equilibrar las fuerzas de carga y así eliminar el dolor y la progresión de la artrosis. Por último la artroplastia consiste en sustituir total o parcialmente las zonas enfermas de la articulación, utilizando prótesis artificiales. Las indicaciones de la prótesis son el dolor refractario y el trastorno funcional severo de la articulación. Es aconsejable que el paciente sea mayor de 65 años.
Medidas preventivas
Encaminadas a evitar el desarrollo de artrosis teniendo en cuenta los factores modificables que favorecen la enfermedad como la obesidad, sobrecarga etc.

0 comentarios :

Publicar un comentario