25 de junio de 2009

Glomerulonefritis postinfecciosa

Posted by Orlando Quevedo On 23:30 Sin Comentarios

¿Qué es?
Las Glomerulonefritis son un tipo de enfermedad del riñón, que consisten en la inflamación de unas estructuras internas renales llamadas glomérulos.
Cuando esta inflamación está provocada por un agente infeccioso, es cuando denominamos a la glomerulonefritis como postinfecciosa. La forma más frecuente es la glomerulonefritis aguda postestreptocócia, es decir, tras una infección por la bacteriaestreptococo, aunque puede estar producida por muchos otros gérmenes.
Esta enfermedad es más frecuente en la infancia, con un pico de incidencia a los 7 años, y es más predominante en los varones. Hay formas epidémicas en niños que tienen buen pronóstico, con una mortalidad baja y resolución espontánea de la clínica tras una semana de evolución, pero hay otros casos con peor pronóstico, sobre todo aquellos casos en adultos, en los que hasta en un tercio evolucionan hacia deterioro progresivo de la función renal.
¿Cómo se produce?
El agente causal más frecuente es el estreptococo betahemolítico del grupo A. La infección primaria suele ser de localización faríngea (faringitis) o cutánea (impétigo), aunque en un 10% no se encuentra el foco.
Otros microorganismos que pueden estar implicados en su producción son: estreptococo viridans, estafilococo aureus, como el virus de Epstein-Barr, Coxsackie B, e incluso protozoos, entre muchos otros.
Después de la infección primaria hay un período de latencia (sin síntomas) de una a tres semanas, hasta que aparecen los síntomas característicos de la glomerulonefritis.
Secundario al germen, o a los mecanismos inmunológicos que desencadenan, se desarrollarán una serie de cambios en el glomérulo, varias alteraciones microscópicas tales como inflamación glomerular, aparición de pus en el interior, proliferación de células, etc.
Sintomatología
Clínicamente se manifiesta frecuentemente como un síndrome nefrítico aislado, es decir, con:
Presencia de sangre (hematuria) en la orina: puede ser macroscópica (se ve la sangre sin microscopio) o microscópica (se ve la sangre con microscopio).
Presencia de proteínas en la orina (proteinuria): en general en rango inferior a 3.5 gramos en 24 horas.
Aparición de insuficiencia renal aguda, con disminución de la cantidad de orina expulsada.
Inflamación de cara, párpados, extremidades, etc.
Hipertensión arterial.
No obstante, el espectro clínico de esta enfermedad es amplio, existiendo pacientes totalmente asintomáticos y otros con el cuadro clínico florido.
Además, sobre estos síntomas renales, se suelen añadir un cuadro con síntomas generales como anorexia (pocas ganas de comer), nauseas, vómitos y malestar general.
Generalmente, el cuadro clínico suele resolverse en un período de 2-3 semanas, aunque las alteraciones urinarias tardan más en desaparecer.
Diagnóstico
En un paciente joven que tras una infección faríngea o cutánea debuta con clínica renal, siempre hay que sospechar la aparición de una glomerulonefritis postinfecciosa.
En general, el diagnóstico se establece por la presencia de dos de los tres siguientes criterios:
Demostración de la presencia en el organismo del germen causante: Cultivo positivo de la bacteria estreptococo betahemolítico del grupo A, en un foco faríngeo o cutáneo.
Demostración de la existencia de una respuesta inmune frente al germen: para ello se intenta detectar anticuerpos, siendo el más característico los anticuerpos ASLO (tasa elevada de ASLO).
Demostración de un descenso transitorio de un componente del complemento (parte del sistema inmune), con normalización a las ocho semanas tras la aparición de la clínica renal.
Normalmente la biopsia renal no suele ser necesario realizarla, aunque en determinadas circunstancias se debe recurrir a ella para descartar la presencia de otro tipo de glomerulonefritis conocida como nefritis membranosa proliferativa o una nefropatía lúpica. En general, suele estar indicada en las siguientes situaciones:
Ausencia de normalización de las cifras del complemento después de ocho semanas de haber comenzado la clínica renal.
Persistencia de la disminución de la diuresis después de tres semanas.
Persistencia de sangre en la orina de forma microscópica después de seis semanas.
Tratamiento
Solamente el tratamiento muy precoz, en las primeras 36 horas, del foco bacteriano primario (faríngeo o cutáneo) con la utilización de antibióticos, permite evitar el desarrollo de la glomerulonefritis aguda postinfecciosa.
Una vez que esta se ha producido, el tratamiento es básicamente sintomático, es decir, tratar cada uno de los síntomas que vayan ocurriendo. Hay que dar diuréticos para bajar los edemas y fármacos antihipertensivos para controlar la tensión arterial.
Si fracasan todas las medidas médicas tomadas, hay que recurrir a la diálisis.
Medidas preventivas
Solo el tratamiento muy precoz de la infección (primeras 36 horas) puede evitar el desarrollo de la glomerulonefritis.

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