27 de junio de 2009

Adenoma hipofisiario

Posted by Orlando Quevedo On 19:14 3 comments


Qué es
Los adenomas hipofisarios son un tipo de tumor que se origina en una glándula situada sobre la base del cráneo, denominada hipófisis. Los adenomas hipofisarios suponen un 10% de los tumores intracraneales, y suponen la causa más frecuente de síndromes de aumento o disminución de secreción de hormonas hipofisarias. Así los adenomas hipofisarios pueden producir síntomas derivados de su crecimiento o bien del exceso de secreción de sus hormonas.
La prevalencia de los adenomas hipofisarios es de doscientos por millón de habitantes, con una incidencia de quince pacientes nuevos por millón de habitantes y por año, aunque sólo uno de cada mil tumores de hipófisis, se manifiesta clínicamente. Los adenomas hipofisarios se pueden manifestar a cualquier edad, aunque suele situarse entre los 40 y los 50 años.
Cómo se produce
Los adenomas se diferencian por su tamaño en lo que denominamos Microadenomas (de menos de 10 mm) o bien Macroadenomas cuando son mayores. Otra clasificación de los adenomas hace referencia a sus características invasivas. Así se pueden diferenciar cuatro tipos en función de su mayor actividad invasiva: intrapofisarios, intraselar, difuso e invasor.
Sin embargo los adenomas hipofisarios son generalmente tumores benignos ocasionados por uno de los cinco tipos de células secretoras hormonales de la parte anterior de la hipófisis (células productoras de GH, prolactina, TSH, ACTH y las gonadotropinas LH y FSH). Así, la forma más común de caracterizar al adenoma hipofisario, hace referencia al tipo de hormona u hormonas que predominantemente secrete en exceso. De esta forma se encuentran como los más frecuentes el prolactinoma, que secreta principalmente prolactina, se sigue con el adenoma productor de GH (hormona del crecimiento), el productor de ACTH (hormona estimulante de los corticoesteroides), los adenomas productores de hormonas sexuales o gonadotropinas, y el productor de TSH (hormona estimulante del tiroides).
Hasta un 15% de los adenomas producen una combinación de hormonas, frecuentemente la de GH y Prolactina.
En general los adenomas con actividad hormonal suelen secretar las hormonas comentadas de una forma autónoma, si estar sujetas a ningún tipo de inhibición fisiológica. Aunque existen diferentes tamaños éste no tiene porqué correlacionarse con la mayor o menor actividad hormonal. Sin embargo hasta un tercio de los adenomas hipofisarios no son secretores de otras hormonas.
El mecanismo por el que se origina un adenoma suele ser a partir de una mutación de una célula que crece de forma incontrolada con respecto a sus vecinas. Esto ocasiona a la larga una masa de mayor tamaño que bien podrá o no secretar hormonas, o bien su crecimiento ocasionará un conflicto de espacio dentro del cráneo con otras estructuras nerviosas, ocasionando síntomas por compresión.
Sintomatología
Las manifestaciones clínicas del adenoma hipofisario van a depender de dos aspectos principales: de la secreción de hormonas adenohipofisarias, y de los síntomas derivados de su crecimiento. En el primer lugar los tumores hipofisarios presentarán los síntomas derivados de la hormona u hormonas que secrete predominantemente. Así en el caso del prolactinoma podrá existir secreción de leche y trastornos del sistema sexual como el hipogonadismo. En el caso de hipersecreción de GH existirá un gigantismo y síntomas derivados de la acromegalia. El exceso de secreción de ACTH condicionará un síndrome de Cushing, y la secreción de TSH un hipertiroidismo. En el caso de existir una secreción conjunta de dos hormonas, las manifestaciones clínicas aparecerán según la combinación de hormonas hipersecretadas.
Las manifestaciones clínicas derivadas del crecimiento del tumor en un lugar tan reducido como la base del cráneo, van a surgir por compresión de estructuras vecinas. De esta forma, cuando el adenoma crece en dirección ascendente comprime el quiasma óptico, es decir la conjunción de los nervios ópticos que transportan los impulsos nerviosos desde la retina. Así podrán existir síntomas característicos como pérdida de visión en las regiones más laterales de la visión. Al mismo tiempo, si el crecimiento del adenoma se realiza predominantemente por los laterales se podrá comprimir los senos cavernosos, y los nervios de los pares craneales III, IV, y V. Así podrán aparecer síntomas como caída del párpado, parálisis de los movimientos oculares, y dolor con sensación de hormigueo en la cara. Si, por otro lado, el crecimiento del adenoma afecta al hipotálamo, podrán evidenciarse síntomas como exceso de ingesta de comida, trastornos del control de la temperatura corporal, y diabetes insípida entre otros.
En los macroadenomas puede existir además dolor de cabeza. En los casos de infarto hemorrágico del adenoma se produce lo denominado como Apoplejía hipofisaria que supone una urgencia médica y precisa de intervención quirúrgica urgente. Se manifiesta como dolor de cabeza, vómitos, trastornos de las pupilas y la motilidad de los ojos, empeoramiento del nivel de conciencia e incluso coma.
Diagnóstico
El diagnóstico comienza mediante la presunción diagnóstica a través de un exhaustivo interrogatorio médico y una correcta exploración física. A continuación serán de una valiosa ayuda las determinaciones analíticas de sangre y orina. Así se deberán realizar los análisis pertinentes para tipificar el adenoma en lo que se refiere a su exceso de secreción hormonal. Por ello un análisis básico con hemograma, función renal y hepática, así como iones puede ser de utilidad para detectar la consecuencia de diferentes excesos hormonales. Al mismo tiempo la determinación de TSH, GH, Prolactina, y ACTH suele ayudar, al mismo tiempo que la determinación de otras hormonas que pueden encontrarse elevadas por estimulación de las primeras mencionadas, entre ellas destacan, las IGF-I, el cortisol y las hormonas tiroideas entre otros.
Además del estudio analítico básico y el endocrinológico, conviene realizar pruebas de imagen para localizar y precisar la extensión del adenoma y la posible afectación de estructuras vecinas. La técnica más rentable suele ser la Resonancia magnética nuclear (RMN), aunque también puede emplearse la Tomografía computerizada (TC ó escáner), y la radiografía de la silla turca. También puede emplearse la angiografía para descartar un aneurisma carotídeo que puede asemejarse a un adenoma hipofisario. También se puede realizar una gammagrafía con octeótrido marcado (Octreoscan), que nos localiza el tumor y puede servir para indicar una posible respuesta positiva al tratamiento con análogos de somatostatinas.
Tratamiento
El tratamiento suele perseguir la eliminación del tumor, el tratamiento del exceso de secreción hormonal y evitar las recurrencias. Esto se puede realizar mediante tres modalidades terapéuticas: tratamiento médico, la intervención quirúrgica y la radioterapia.
El tratamiento quirúrgico suele realizarse a través de la nariz, y supone una técnica bastante segura. En el caso de adenomas pequeños (Microadenomas) tiene alta tasa de curación, mientras que en los macroadenomas (más frecuentes) el éxito curativo total es de un 40-50%. Los resultados tras la cirugía suelen ser muy rápidos, aunque pueden recidivar en los años subsiguientes. La principal desventaja es que al extirpar parte de la hipófisis, pueden presentar posteriormente un déficit de una o varias hormonas hipofisarias desarrollando un hipopituitarismo. Otras posibles complicaciones pueden ser rinorrea de líquido cefalorraquídeo, pérdida de visión, meningitis o diabetes insípida, aunque no suelen ser frecuentes.
La radioterapia suele ser eficaz para frenar el crecimiento de un adenoma, aunque sus resultados suelen tardar tiempo y no se suele conseguir un control de los síntomas de forma rápida. Se puede usar como adyuvante tras la cirugía.
El tratamiento médico suele realizarse según sea la hormona hipersecretora predominante. En el caso de prolactinomas suelen ser de elección los agonistas dopaminérgicos como la bromocriptina. Por otro lado en el caso del exceso de secreción de hormona del crecimiento (GH) son de elección los análogos de la somatostatina como el Octeótride. También puede ser útil para el exceso de TSH.
Medidas preventivas
Ante síntomas de hipersecreción hormonal debe acudirse al médico para realizar un correcto examen.

3 comentarios :

es realmente muy util e instructivo, gracias

es de importancia todolo documentado ,para atenderme lo mas pronto pocible gracias

es muy importante esta informacion,actualmente a mi novio se lo detecte porque le vi un parpado caido y a 3 metros no me reconocia,el hace casi 3 años le detecteraron un adenoma de hipofisis y se lo quitaron con cirujia, fue por la nariz, pero ahora ya le volvio a salir y mide lo mismo el problema fue que no volvio a checarse ni a tomar radioterapia por regresar a la universidad, pero ya nuevamente recibira atencion del neurocirujano

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