El paciente: un hombre de 40 años considerado “exitoso”, de los que ahora llaman “empresarios jóvenes” y que a su edad ha vivido en seis países. Su propósito en la vida: llegar a los 45 años convertido en millonario para dejar de trabajar y lo estaba logrando, pero le detectan un cáncer muy severo. Todo el dinero que había acumulado se le irá haciéndole frente a la enfermedad. De la actitud que asuma, dependerá en gran parte que prorrogue su tiempo de vida.
Aunque pareciera ficticio es un caso de la vida real. La persona asiste regularmente a sesiones de Psiconeuroinmunología, una rama de la ciencia médica no tan nueva como se cree, que se fundamenta en la estrecha relación del sistema inmunológico, nervioso y endocrino.
La doctora Marianela Castés, especialista en Inmunología de la Fundación para el Desarrollo de la Psiconeuroinmunología en Venezuela (Fundasinein), es una de las pioneras del uso de esta ciencia en Latinoamérica.
Refiere que si la psiquis y el cerebro controlan todas las actividades de la esfera afectiva y además, influyen sobre el sistema inmunológico, en teoría deberíamos ser capaces de modificar las tendencias negativas y dirigir nuestro sistema inmunológico hacia un estado óptimo de funcionamiento.
Es fundamental que médico y paciente conozcan el funcionamiento de este sistema y cómo impactarlo para lograr un cambio favorable en la detección o mejoría de la enfermedad, agrega la especialista. “Existen numerosas terapias que ayudan al enfermo a mejorar su salud”. Las personas sanas también pueden beneficiarse al lograr un estado que dificulte la adquisición de enfermedades, a través de masajes corporales, técnicas de relajación, regresión y visualización del sistema inmune.
Relación mente-cuerpo
Durante los últimos 10 años psicólogos, psiquiatras, inmunólogos y epidemiólogos han sido atraídos hacia la psiconeuroinmunología para comprender la correlación mente-cuerpo y el profundo potencial curativo al que se tiene acceso mediante este vínculo.
“El sistema nervioso central, el endocrino y el inmunológico se la pasan ‘chismoseando’, hablan todo el tiempo a través de moléculas de información que se llaman hormonas en el sistema endocrino, neurotransmisores en el sistema nervioso y citoquinas en el inmune”.
- Son las mismas moléculas con proteínas, es decir, cada sistema envía sus moléculas de información al cerebro, detalla Castés. Pero lo importante de todo es que cuando hay una respuesta emocional se produce una primera hormona CRH que se llama “liberadora de corticotropina” y se activa en el hipotálamo.
Ésta a la vez estimula una segunda hormona denominada ACTH que viaja por sangre y va a las glándulas suprarrenales del sistema endocrino, donde se producirá cortisol, también llamada la hormona del estrés.
Estudios han demostrado que el cortisol suprime la respuesta inmune y aunque esta hormona siempre la produce el cuerpo, durante eventos estresantes se eleva por encima de los niveles normales. “Si la persona empieza a sentirse triste, deprimida o se quiere morir, enseguida estas hormonas envían esa información al cerebro y al poco tiempo la persona se enfermará. Estudios realizados por la Universidad de Rochester en Estados Unidos demuestran que hay una conexión psicofísica entre el cerebro y el sistema inmunológico, gracias a los conductos nerviosos que se unen con los linfocitos, encargados de la defensa del organismo” detalla la especialista en inmunología.
Las células sanguíneas como linfocitos y macrófagos pueden detectar un cambio en la psiquis humana a través de las hormonas. Sentimientos diversos como la depresión y la tristeza inducen al hipotálamo a sintetizar la hormona liberadora de corticotropina, que viaja hacia la hipófisis donde activa la producción de ACTH y se libera cortisol que es captado por los linfocitos.
-Lo que afecta la respuesta inmune, explica Castés, no es la situación estresante, sino la percepción que tiene la persona de ese evento. Tampoco es que la mente puede curar una enfermedad, sino que altera el proceso o la disposición hacia la enfermedad.
En las sesiones con los pacientes se les permite descubrir los eventos más estresantes ocurridos seis meses o dos años antes de la aparición de la afección, para detectar en qué momento decidieron no vivir más.
“Se debe transformar el fracaso en responsabilidad ante la enfermedad mediante el aprendizaje sobre el sistema inmune, logrando así una recuperación clínica y mejor calidad de vida”. La idea es que la persona tenga una actitud positiva frente a la adversidad, para adaptarse a ella sin resistencia, lo que podría reducir el riesgo de enfermedades independientemente de otros factores de riesgo.
Creando Salud
Desde el año 1995 existe en Venezuela la organización “Creando Salud”, con especialistas en psiquiatría, psicología, inmunología y otras áreas de la salud que aplican programas de psiconeuroinmunología a pacientes con cáncer, bajo la tutela de la doctora Castés. Ahora tienen otros programas para personas con enfermedades cardiovasculares, autoinmunes o con VIH-SIDA.
El abordaje consiste en sesiones de trabajo, donde las personas expresan cuáles fueron sus eventos estresantes. En cada grupo hay un guía y se van discutiendo y explorando las causas. Por ejemplo, se les invita a que dibujen su enfermedad.
Sobre este particular, expresa la doctora Castés que una cosa es lo que la gente habla y otra la que dibuja -el dibujo viene del subconsciente-. Puede darse el caso de una persona que refiere que “mi cáncer era una pelotica que me sacaron de la mama y ya no tengo nada”, pero cuando te lo dibujan ilustran una pelotica en la mama y otras peloticas y cuando se le pregunta qué son esas figuras, te dice: bueno, algunas celulitas que pueda tener por allí”. Quizás esa persona no tenga las “peloticas”, pero si sigue pensando así, puede llegar a adquirirlas. Asegura que esta actitud hay que atacarla, porque todo lo que tenemos en la mente es lo que nuestro cuerpo literalmente lee. “A los talleres va todo tipo de personas, no necesariamente hay que esperar enfermarse para acudir”.
-Puede ocurrir que alguien se crea sano pero tiene mil preocupaciones en su cabeza y termine enfermándose. Es que el sistema inmune está conectado con las emociones, con el estrés, con las creencias, las actitudes. Tiene que ver con el grado de satisfacción que se tiene ante la vida.
Evalúe sus defensas
¿En qué áreas de mi vida no estoy bien?, debería ser una de las primeras preguntas para evaluarnos psiconeuroinmunológicamente.
Una forma muy simple es contestarnos: ¿Cuál es el propósito en la vida? - relacionada con el trabajo - ¿Cuántas veces ando con mi familia o me reúno con mis amigos?- la espiritualidad, el juego, el ejercicio y también la nutrición.
Todas estas áreas conforman nuestra vida y a cada una hay que dedicarle su debido tiempo. “No es que vamos a tomar un cronómetro y dividir el día en tantas horas, explica la doctora Marianela Castés. “La idea es dejar de ser autómatas, establecer prioridades y de acuerdo con ello fijar el tiempo. Además, hay que pararse para ver cuáles son nuestros eventos estresantes en la vida”.
-De pronto, hay quienes no están satisfechos con lo que hacen, pero tienen que encontrar respuesta a lo que les está pasando y buscar ayuda profesional.
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