28 de junio de 2009

Glaucoma

Posted by Orlando Quevedo On 22:55 Sin Comentarios


¿Qué es?
El glaucoma se define como el conjunto de procesos que dan lugar a una elevación de la presión dentro del globo ocular, el cual ocasiona una serie de lesiones que terminan por afectar al nervio óptico destinado a transmitir al cerebro los estímulos recibidos de la luz por el ojo, y que, consecuentemente, termina provocando una pérdida del campo visual.
El globo ocular puede dividirse en dos cámaras bien diferenciadas y separadas por el plano del iris (el disco que da color a los ojos). Una cámara anterior al iris que comunica con una posterior donde se encuentra el cristalino (lente encargada de enfocar las imágenes) por medio de una abertura denominada pupila. Sobre la lente del cristalino y detrás de la cara posterior del iris, existe lo que se denomina el cuerpo ciliar, donde se elabora y secreta un líquido denominado humor acuoso, que va a ocupar la cavidad de ambas cámaras, anterior y posterior. Este líquido está en continuo reciclaje de forma que en la región superior y anterior al disco del iris se encuentra una red de trabéculas que filtran y absorben el humor acuoso.
La incidencia del glaucoma aumenta con la edad, y puede ser primario, es decir por defecto propio sistema de reciclado del humor acuoso, o secundario a otras patologías que desembocan en una alteración de la presión intraocular. Además, dentro de los considerados primarios existen dos tipos predominantes: Glaucoma de ángulo abierto o crónico simple con una presencia en la población general del 0.5-1% y que supone una de las mayores causas de ceguera en los países desarrollados, y el Glaucoma de ángulo estrecho que ocasiona lo que denominamos como ataque agudo de glaucoma.
Cómo se produce
El mecanismo por el que se desarrolla el glaucoma está relacionado con la aparición de un aumento de la presión intraocular. Esta puede darse bien por un aumento en la secreción de humor acuoso, lo que se considera extremadamente raro, o bien por una obstrucción en el drenaje del humor acuoso, con lo que éste se acumula aumentando la presión dentro del ojo. Este mecanismo es con mucho el más frecuente. A su vez la obstrucción al drenaje puede deberse a un cierre que impida el paso del humor acuoso a las trabéculas, como ocurre en el glaucoma de ángulo cerrado, desarrollando un ataque agudo de glaucoma, lo que ocurre en ocasiones cuando la pupila está en un diámetro intermedio, ni muy abierta ni muy cerrada; hecho que suele ocurrir en situaciones de penumbra, estrés y tras el tratamiento con algunos fármacos. También puede deberse a una alteración en las propias trabéculas que impiden el correcto drenaje del humor acuoso, como ocurre en el glaucoma de ángulo abierto o crónico simple.
Las consecuencias del aumento de la presión intraocular en el caso de instauración crónica supone que los vasos sanguíneos que nutren al nervio óptico se ven comprimidos por una mayor presión, de forma que se dificulta la nutrición del nervio óptico y por tanto se lesiona poco a poco y de forma progresiva. En el caso de un ataque agudo de glaucoma, el humor acuoso se acumula en ambas cámaras produciendo una alteración en la transparencia de la cornea, que produce una turbidez que impide ver el iris, cuando la presión aumenta más, los vasos que nutren el nervio óptico se colapsarán de forma aguda produciendo dolor, y pérdida visual importante que si no se resuelve puede hacerse irreversible.
Existen factores de riesgo para el desarrollo de un glaucoma crónico simple o de ángulo abierto como una miopía elevada, diabetes y antecedentes familiares de glaucoma. Los factores de riesgo del ataque agudo de glaucoma o de ángulo cerrado, aparecen en sujetos con una predisposición anatómica con una cámara anterior estrecha y ojos pequeños, en sujetos hipermétropes, y especialmente en situaciones de penumbra, o de estrés.
Existen otras causas secundarias de Glaucoma como ocurren en aquellas personas que presenten alteraciones del cristalino, uveítis anterior, tras cirugías del ojo, por traumatismos oculares, alteraciones vasculares de la retina o algunos fármacos como corticoides y atropina en gotas oculares.
Sintomatología
En el caso de glaucoma de ángulo abierto o crónico simple la sintomatología se va a basar en una pérdida progresiva, y crónica de la agudeza visual, que inicialmente se caracteriza por una pérdida de visión en regiones periféricas, y que progresivamente se irá haciendo más central en fases avanzadas, por lo que a menudo la enfermedad pasa desapercibida por el paciente.
En el caso de un ataque agudo de glaucoma o glaucoma de ángulo cerrado la sintomatología es mucho más aguda. Al principio el paciente suele percibir halos de colores alrededor de las luces, para posteriormente presentar un dolor intenso que se irradia a la misma zona de la cara, con espasmos del párpado, lagrimeo, enrojecimiento del ojo, y síntomas generales como náuseas, vómitos, y mareo. Cuando la presión se hace muy alta puede afectarse la agudeza visual y aumentar el dolor por afectación del nervio óptico. Puede acompañarse a veces de dolor de cabeza en el mismo lado que la afectación ocular.
Diagnóstico
El diagnóstico se sospecha mediante la sintomatología referida por el paciente, y mediante una correcta exploración ocular por parte del especialista médico.
En el caso del glaucoma crónico simple de ángulo abierto se debe realizar una medición mediante tonometría de la presión ocular, así como una exploración del fondo de ojo que puede poner de manifiesto una alteración de la pupila. El diagnóstico se suele confirmar a la hora de realizar una campimetría completa, que valora la agudeza visual en todas las localizaciones del campo visual.
En el caso de glaucoma de ángulo estrecho o ataque agudo de glaucoma, los síntomas suelen ser muy sugestivos, sin embargo en la exploración se demuestra una presión intraocular medida por tonometría muy alta, así como una dureza del globo ocular casi pétrea, una pupila generalmente algo dilatada sin reaccionar a la luz, y con una nubosidad que no permite ver correctamente el iris. Suele existir un enrojecimiento del blanco de los ojos y a menudo se puede visualizar un abombamiento del iris.
Tratamiento
El tratamiento es inicialmente médico en forma de colirios y están destinados a disminuir la presión intraocular. Entre los fármacos involucrados destacan los betabloqueantes como el timolol, que disminuyen la producción de humor acuoso; los estimuladores adrenérgicos como la adrenalina y sus derivados que facilitan la salida del humor acuoso, aunque dilatan la pupila, lo que en el caso de hipermétropes se desaconseja porque pueden desencadenar un ataque agudo de glaucoma, por ello se están utilizando los agonistas alfa2 adrenérgicos de mejor tolerancia y alta efectividad; la pilorcarpina también aumenta el drenaje de humor acuoso; los inhibidores de la anhidrasa carbónica como la acetazolamida disminuyen la secreción de humor acuoso; y los análogos de las prostaglandinas F2 son bastante eficaces y actúan drenando también el humor acuoso.
En el caso de un ataque agudo de glaucoma se debe disminuir rápidamente la presión intraocular para ello se usan manitol y acetazolamida, corticoides tópicos y pilocarpina.
Generalmente con el tratamiento médico se suele controlar la presión intraocular, sin embargo, en caso de que el tratamiento médico no fuere suficiente o existieran alteraciones anatómicas que hacen poco útiles los medicamentos, se debe realizar una intervención quirúrgica.
Medidas preventivas
En general las medidas preventivas pasan por un control de los defectos de refracción como la miopía e hipermetropía, un control riguroso por su oftalmólogo, y acudir a un profesional en caso de dolor y enrojecimiento ocular, o alteraciones en la capacidad visual.


Orlando Quevedo

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