11 de agosto de 2009

Dermatitis

Posted by Orlando Quevedo On 21:20 1 comment


¿Qué es?
La dermatitis supone la inflamación de la piel. Existen múltiples afecciones de la piel que se caracterizan por procesos inflamatorios, sin embargo muchos autores adoptan el término de dermatitis para referirse a un eccema. En este sentido el Eccema supone una reacción inflamatoria de la piel que surge como reacción de intolerancia cutánea frente a diversos agentes exógenos y endógenos (sustancias ajenas al organismo o que forman parte de él). Incluye a muchos procesos dermatológicos que tienen en común sus características clínicas y las alteraciones visualizadas al microscopio, aunque la causa y el mecanismo de producción de las lesiones son muy diferentes.
Las diferentes formas de eccema suponen un tercio de las consultas de dermatología, siendo una de las enfermedades profesionales más frecuentes que en ocasiones puede plantear muchos problemas laborales.
Existen dos tipos de dermatitis o eccema principales:
1. El Eccema de contacto, ocasionado por el contacto con una sustancia que causa inflamación en la piel, el cual puede ser exó³geno cuando la sustancia actúa desde fuera de nuestro organismo , o bien endógeno cuando actúa desde dentro.
2. El Eccema atópico, que presenta un curso más crónico afectando a un 12-15% de la población infantil, y a todas las razas y sexos por igual.
¿Cómo se produce?
En el caso del Eccema de contacto podemos diferenciar dos tipos predominantes en función de su mecanismo de producción. El Eccema de contacto alérgico y el irritativo. El primero de ellos se origina como una respuesta inflamatoria de la piel a causa de una reacción alérgica retardada, que se produce cuando un individuo que está previamente sensibilizado a la sustancia alérgica se expone de nuevo a dicha sustancia. La reacción es específica para cada individuo y la piel está sensibilizada por entero, de forma que el contacto con la sustancia en cualquier localización de la piel hará reacción. Además cuando se ha producido la sensibilización, ésta perdura indefinidamente. Puede ser causada por innumerables sustancias que actúan como alergenos, la mayoría ampliamente difundidas en el medio laboral, ambiental o personal. Entre los más frecuentes destacan el cromo (en cemento, bisutería, calzado de cuero), el níquel (en bisutería), el cobalto (cemento, bisutería), parafenilendiamina (en tintes de pelo), gomas (caucho), en múltiples fragancias, cosméticos, cremas, colonias, plantas, prendas de vestir, calzado, y el uso de medicamentos tópicos.
La dermatitis de contacto del tipo irritativo es más frecuente que el de tipo alérgico, y aparece tras la acción repetida y prolongada de sustancias irritantes que terminan por desarrollar una reacción inflamatoria sin implicación inmunológica. Puede ocurrir al primer contacto, a diferencia de la de tipo alérgico que requiere de sensibilización previa. Existen un gran número de sustancias que pueden actuar como irritantes: jabones, detergentes, disolventes, el calor, el frío, la fricción o los traumatismos. Los ejemplos más clásicos son la dermatitis del ama de casa por el contacto con agentes de uso doméstico y preferiblemente en las manos, y la dermatitis del pañal, frecuente en niños por irritación con las heces y la orina.
La dermatitis atópica supone un trastorno inflamatorio de la piel de causa hereditaria a lo que se le añaden múltiples factores desencadenantes, como pueden ser algunos alérgenos como los ácaros del polvo, algunas sustancias de bacterias como el Estafilococo Aureus, algunos alimentos como el huevo, o en ocasiones el estrés. El mecanismo producción de la enfermedad implica alteraciones del sistema inmune y de la permeabilidad de la piel.
Otras formas de eccema implican al eccema dishidrótico, numular, asteatósico, de éstasis, eccemas fotoinducidos, y eccemas de causa tóxica, así como aquellos ocasionados por infecciones por bacterias y hongos.
Sintomatología
El síntoma clave en todo tipo de eccemas es el picor continuo que obliga al rascado constante con lo que con frecuencia se suelen objetivar lesiones de rascado en la piel.
En el caso de eccema de contacto del tipo alérgico la sintomatología puede llevar un curso agudo o crónico. Las lesiones ocurren con más frecuencia en el dorso de las manos sobre todo en los casos profesionales, aunque pueden aparecer en la frente, en la muñeca, las orejas, la cara, los labios, y en general en las zonas expuestas al agente causante. Las lesiones eccematosas suelen aparecer en el caso agudo en forma de pequeños granos, en ocasiones con vesículas, sobre una piel ligeramente hinchada y enrojecida, en el caso crónico la piel se muestra también enrojecida, más seca, descamada y engrosada.
En el caso de eccema de contacto de origen irritativo, en un comienzo la piel se muestra agrietada y reseca, y puede remitir si cesa el contacto con el agente irritante, sin embargo, en ocasiones, las lesiones evolucionan a un cuadro eccematoso más parecido al eccema alérgico que puede tardar en recuperarse unos 4 meses a pesar de eliminar el agente causal. Debido a que la función de barrera de la piel se ve alterada, puede presentar infecciones por las bacterias de la piel como el Estafilococo Aureus, o bien producirse una infección diseminada por herpes simple dando lugar a un eccema herpético.
La dermatitis atópica suele presentar sus primeras manifestaciones en la infancia aunque los síntomas pueden aparecer en cualquier momento de la vida. A menudo existen antecedentes en el paciente de conjuntivitis, rinitis o asma estacional. Existen varias fases, la del lactante, en que aparece sobre una piel enrojecida, granos con vesículas en la cara y el cuello cabelludo; posteriormente la etapa infantil con lesiones secas engrosadas y liquenificadas en las flexuras del codo y la rodilla, y finalmente la fase adulta con lesiones secas más crónicas en cara, cuello, y dorso de manos. En ocasiones se observan signos sugerentes de atopia como un pliegue bajo la órbita, la desaparición de la cola de las cejas, múltiples líneas en la palma de la mano, infecciones cutáneas frecuentes y graves, piel seca, enrojecimiento de los mofletes, palidez alrededor de la boca, entre otros...
Diagnóstico
El diagnóstico se elabora en la mayoría de los casos mediante un interrogatorio dirigido y una exploración rigurosa de las lesiones. La toma de una muestra de biopsia no suele ser necesaria pero en algunos casos puede requerirse; en ella se denotan características de espongiosis (aumento del líquido en las capas de la piel) junto con lesiones vesiculosas.
En el caso de eccema de contacto es importante interrogar acerca de la profesión, el uso cotidiano de utensilios cosméticos y bisutería, el empleo de medicamentos... La localización y distribución de las lesiones anteriormente mencionadas nos harán sospechar la causa. Si se sospecha un origen alérgico del eccema se pueden realizar las pruebas de provocación epicutáneas que consiste en colocar unos discos que contienen las sustancias que generalmente suelen ser alérgicas, de forma que valoraremos si produce reacción. No debe realizarse en el momento agudo con lesiones presentes. Debe practicarse en una zona de la piel sana, al menos el último mes. No se deben probar corrosivos ni tóxicos, y el paciente no debe estar tomando tratamiento con corticoides o antihistamínicos. El sudor puede alterar los resultados por lo que no se recomienda realizar en verano. En general consiste en colocar unos parches con los alérgenos y un vendaje durante 48 horas, y se realiza un examen de la piel a las 48, 72 y 96 horas. Si la reacción da positivo nos indica que esa persona ya ha tenido contacto con el alergeno y se ha sensibilizado, sin embargo eso no demuestra que la causa de la afección del paciente sea por ese motivo, la exploración y un buen interrogatorio del paciente nos indicará en que medida la prueba positiva tiene mayor o menor valor diagnóstico.
En el caso de dermatitis de contacto por irritantes el test epicutáneo dará característicamente negativo puesto que no existe reacción alérgica a nada. El antecedente de contacto con irritantes junto con la exclusión de otras causas serán los que hagan sospechar al médico una causa irritativa.
En el caso de la dermatitis atópica las lesiones cutáneas y las características del estudio al microscopio no son exclusivas de esta afección, pudiendo aparecer en otras dermatosis. Tampoco existen pruebas de laboratorio específicas, por lo que el diagnóstico dependerá del interrogatorio del paciente, la distribución de las lesiones, la edad y antecedentes del paciente.
Tratamiento
En el caso del eccema de contacto lo más importante es evitar la exposición a los alérgenos o irritantes causantes del cuadro. Durante la fase aguda, en el caso de afectación alérgica, se pueden emplear corticoides de uso tópico o incluso por vía oral en casos de lesiones agudas y extensas. También se puede hacer uso de emolientes tópicos o antihistamínicos por vía oral . En aquellos casos de dermatitis por irritantes es importante eliminar el contacto con el agente irritante, lavar con agua y emplear cremas hidratantes. En fases muy agudas se pueden emplear corticoides tópicos. Sin embargo, incluso cuando las lesiones parecen curadas, existe una disminución de la defensa de la piel y ésta no tolerará el contacto con sustancias mínimamente irritantes que se manejaran con anterioridad.
En el caso de la dermatitis atópica todas las medidas van dirigidas a eliminar los factores desencadenantes, controlar la inflamación, y paliar el picor y la sequedad de la piel. Se pueden emplear medidas generales que incluyen el descanso psicológico y la relajación, el uso de baños de avena, jabones extragrasos, emolientes, evitar irritantes e infecciones y eliminar posibles alérgenos como el huevo, la leche de vaca, el polvo, etc. Además de las medidas generales se pueden emplear corticoides tópicos o incluso orales en casos agudos, así como antihistamínicos por vía oral para mejorar el picor. Se han probado además tratamientos a base de fototerapia con rayos UVB, con bastante eficacia, aunque las dosis requeridas son muy altas para usarlo como mantenimiento. En casos de eccema atópico severo en adultos, que no ha respondido a otras alternativas, puede requerirse el tratamiento con inmunomoduladores como la Ciclosporina.
Medidas preventivas
La prevención se basa en la eliminación del alérgeno, lo cual en muchas ocasiones no resulta fácil. Es muy importante informar al paciente de la causa del eccema e indicarle detalladamente los lugares, objetos y profesiones en que puede tener contacto con el alérgeno responsable. Además se debe reducir la exposición a los irritantes domésticos y profesionales, evitar jabones abrasivos, lubricar convenientemente la piel y usar guantes de plástico para el trabajo.
El caso de la dermatitis atópica no tiene prevención posible dado su componente genético, pero se puede intentar evitar los agentes desencadenantes mediante relajación y descanso psicológico, manteniendo siempre una buena relación médico-paciente, eliminar posibles alérgenos alimentarios como el huevo o la leche, prevenir las infecciones incluso usando antibióticos, y evitar posibles irritantes. La habitación del niño debe ser limpia, desprovista de polvo, con una temperatura agradable y alta humedad.


Orlando Quevedo

1 comentarios :

en mi caso, presente una eritrodermia diseminada durante tres años, ahora tengo las secuelas, estoy muy preocupadoen pensar que me vuelva a dar, algunos drematologos suelen decir que sólo se controla ¿es verdad? y como debo cuidarme.
gracias

atte: Orlando M.

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