6 de noviembre de 2009

Esperanza de una cura para el Sida

Posted by Orlando Quevedo On 22:39 Sin Comentarios


Hallar una cura contra el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) ha sido el gran reto de la ciencia médica en las últimas décadas porque desde que se describió por primera vez la enfermedad en 1981 y dos años después el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) que la causa, los investigadores han probado diversas vacunas que resultaron ineficientes.

El investigador Ron Desrosiers comparaba el esfuerzo realizado por encontrar esta vacuna con el tormento de Sísifo, personaje de la mitología griega que en el infierno fue obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima, la roca siempre rodaba hacia abajo y él tenía que empezar desde el principio. En septiembre el panorama cambió. La vacuna que se estaba probando en Tailandia demostró una efectividad de 26,2 a 31,2% cifra bastante modesta, pero José Esparza, médico virólogo venezolano, asesor principal sobre vacunas contra el VIH de la Fundación Bill y Melinda Gates y uno de los ocho expertos que monitoreó el estudio, destaca que estas estadísticas son robustas porque demuestran que la vacuna funciona al menos en estas condiciones y los resultados no se deben al azar.

Para ilustrar recordó durante su visita a Caracas en el marco del 25 aniversario del premio Pro-Salud que otorga la Cámara Venezolana de Fabricantes de Cerveza, que la vacuna fue probada en 16 mil 395 campesinos tailandeses heterosexuales sanos (40% eran mujeres), a quienes se les administraron cuatro dosis y luego vino el seguimiento por seis años (2003- 2009) para garantizar niveles éticos y de seguridad altos."Esta prueba se optimizó para el éxito", puntualizó. Superar a la naturaleza

Desarrollar una vacuna contra el SIDA no es un trabajo fácil porque parece que el cuerpo no tiene una respuesta inmunológica protectora natural contra el VIH.

Este virus es hábil y escurridizo, tiene distintos mecanismos genéticos y de defensa que le permiten mutar. Por eso hay cepas de virus en diversas partes del planeta. En nuestro país el más frecuente es el subtipo B, mientras que en el sur de África es común el C y en el sureste asiático el E. Esto dificulta el diseño de una vacuna para todo el mundo.

Esparza reconoce que los resultados obtenidos con la vacuna probada en Tailandia impiden su uso en salud pública, pero como es una inmunización experimental puede mejorarse. "Tenemos una prueba de concepto. Ahora será mucho más fácil mejorar esta vacuna y en eso estamos. Se tiene una cantidad de información inmunológica que nos permitirá desarrollar una vacuna más efectiva y ya se están haciendo pruebas en animales".

Es necesario reducir las dosis de la vacuna a una sola, aspecto que podría lograrse en dos o cinco años y saber si funciona en poblaciones con otras cepas de VIH, como el subtipo C que causa más de la mitad de las infecciones en el mundo y predomina en África.

Para el estudio tailandés se combinaron dos vacunas: ALVAC-HIV y AIDSVAX B/E. No se sabe bien cómo funcionan pero producen dos tipos de respuesta: anticuerpos que son proteínas que flotan en la sangre, encuentran el virus y lo inactivan o inmunidad celular que enseña a la célula inmune a atacar las infectadas con el virus.

Vacunas: la mejor opción

El desarrollo de medicamentos antirretrovirales ha permitido a la ciencia ganarle en parte la batalla al SIDA, pero el detalle es que no todos tienen acceso a estos fármacos. Un ejemplo es el África subsahariana donde hay 22 millones de personas infectadas y sólo dos millones disponen de ellos.

La posibilidad de desarrollar una vacuna se convierte entonces en la mejor arma en la lucha contra esta enfermedad, sobre todo en países en vías de desarrollo que no cuentan con los recursos necesarios para mantener a una persona con una enfermedad crónica toda su vida.

"Se ha hecho un esfuerzo en el mundo en el área de tratamiento pero no es suficiente. Yo le digo a la gente que hemos fallado en el plan A que es prevenir la infección por VIH, pero estamos implementando el plan B que es darle tratamiento, pero no tiene sentido esperar que la gente se infecte. Un ejemplo es África, pues por cada persona que entra a tratamiento dos se enferman”.

Es una carrera contra el tiempo y no podemos alcanzarla cubriéndola con drogas, enfatiza José Esparza.

Los resultados de la prueba en Tailandia aunque son modestos, han renovado el optimismo de los investigadores del SIDA y también de otros sectores públicos y privados que pondrán más interés en invertir recursos. "He trabajado muchos años en esto y la industria farmacéutica no invierte", menciona.

Este primer logro también es producto del interés de la comunidad científica de organizarse de una manera diferente para alcanzar metas reales. Así surgió la Empresa Global de una Vacuna contra el Sida, un conglomerado de organizaciones científicas independientes de distintas partes del mundo comprometidas con esta causa que trabajan en un plan científico común y comparten información sobre sus hallazgos en tiempo real.

Según recalca Esparza, este tipo de iniciativas demuestra que para lograr una vacuna contra el SIDA no se puede trabajar aislado. Menciona el caso de una vacuna experimental contra esta enfermedad desarrollada por sudafricanos que ya entró hace cuatro meses en fase 1 y se está probando en ese país y también en los Estados Unidos.

"Estas alianzas pueden ayudarnos a solucionar juntos, problemas que afectan la salud de nuestros países".

Realidad en cifras

Cada día 7.400 personas se infectan con el virus del SIDA

Más de 30 millones de personas viven con VIH en el mundo y 90% habita en países subdesarrollados

En el África subsahariana la posibilidad de infectarse con el virus es superior al 15% en la población adulta. Países como Botswana tienen entre un 30 y 40% de su población infectada con VIH.

Sólo una de cada cinco personas con alto riesgo a infectarse tiene acceso efectivo a medidas para prevenir el VIH.

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