20 de noviembre de 2009

Amigdalitis

Posted by Orlando Quevedo On 15:20 Sin Comentarios

¿Qué es?

La amigdalitis aguda es un proceso inflamatorio febril que afecta a las amígdalas palatinas, y que con frecuencia se extiende por el resto de la mucosa de la faringe, por le que muchas veces también es denominada como faringoamigdalitis.

La faringe es un punto de cruce entre las vías respiratoria y digestiva. Se extiende desde la base del cráneo por arriba hasta el esófago por abajo. Se divide en tres partes:

  • Superior o rinofaringe o cavum: por detrás de las fosas nasales. Es donde se encuentran las adenoides (o vegetaciones).
  • Media o orofaringe, por detrás de la cavidad oral y que incluye el paladar blando, la lengua y las amígdalas palatinas (o anginas).
  • Inferior o hipofaringe, por detrás de la laringe.

Las amígdalas palatinas, o comúnmente denominadas anginas, es un tejido linfático que se encuentra en la orofaringe. Están cubiertas por mucosa que forman una serie de criptas (donde se pueden acumular restos de comida). Están implicadas en la defensa del organismo por medio del sistema inmune.

Además existen otros tejidos linfáticos en la faringe: la amígdala faríngea o adenoides, el tejido linfoide peritubárico (en la entrada de la trompa de Eustaquio que comunica el oído con la faringe) y la amígdala lingual (en la base de la lengua). Nos vamos a referir a las amígdalas palatinas.

Se trata de una patología muy frecuente, especialmente en la infancia, de buen pronóstico ya que las complicaciones no son frecuentes, aunque haya que tenerlas en cuenta.

La incidencia varía según la época del año, el ambiente epidemiológico y la edad del enfermo.

¿Cómo se produce?

Las amigdalitis son de causa infecciosa, pudiendo estar involucrados gérmenes del tipo bacteria, virus u hongos. La causa más frecuente son los virus (85%), seguido de las bacterias (10-15%).

Los virus más frecuentes son los Adenovirus, los virus respiratorios (Rinovirus, Influenza y Parainfluenza (el de la gripe)), el Virus de Ebstein-Barr (que produce la mononucleosis infecciosa más conocida como 'enfermedad del beso') Otros pueden ser el virus del Herpes Simple o el virus del VIH.

Dentro de las bacterias destacan gérmenes como el estreptococo betahemolítico, el Haemophilus Influenzae, el Staphylococo, la Moraxella catarrhalis, el Mycoplasma o el gonococo. Esta última es rara y es producida por contacto de la mucosa oral con los órganos genitales de una persona infectada por el gonococo.

Existen otras formas de anginas especiales como la Angina de Vincent ocasionada por bacterias anaerobias de la boca (fusobacterias y espiroquetas), la herpangina (por virus coxsackie A) o la angina ulcerosa de Moure.

Los hongos son menos frecuentes y destaca principalmente la Cándida Albicans afectando principalmente a aquellas personas inmunodeprimidas, diabéticos y pacientes que hacen un uso crónico de corticoesteroides inhalados o vía sistémica.

Sintomatología

La sintomatología es en general marcada por el dolor en la región de la garganta, especialmente al tragar alimentos, junto con fiebre generalmente menor de 38º, en ocasiones escalofríos, malestar general, hipersensibilidad mandibular, rinorrea o mucosidad nasal, conjuntivitis o tos. En ocasiones el dolor puede irradiarse al oído. Dentro del cuadro vírico se puede afectar la laringe y producir afonía.

En el caso de afectación bacteriana es similar aunque los síntomas a menudo son más acusados y de inicio más brusco, especialmente la fiebre. Las amígdalas están enrojecidas y cubiertas por unas placas blanquecinas. Suelen aparecer adenopatías (aumento de los ganglios linfáticos del cuello).

Aunque no es frecuente pueden desarrollarse algunas complicaciones:

  • Otitis media aguda: por el cierre de la trompa de Eustaquio.
  • Abscesos en diferentes regiones de la faringe (retrofaríngeo y laterofaríngeo) o alrededor de la amígdala (absceso periamigdalino), que supone la formación de colección de pus circunscrita a una localización determinada. En este caso el acceso de los antibióticos se ve dificultado.
  • Otra complicación grave y afortunadamente infrecuente, supone el Síndrome de Lemierre, en la que a causa de una amigdalitis se desarrolla una trombosis séptica en la vena yugular interna que puede soltar émbolos infectados al pulmón. Esto suele tener un germen involucrado el Fusobacterium necrophorum.
  • La Angina de Ludwig que afecta a los espacios profundos del cuello y del suelo de la boca (habitualmente por una infección de los molares del maxilar inferior) y que puede extenderse al mediastino.
  • En ocasiones, tras la aparición de una amigdalitis por estreptococo beta hemolítico, el sistema inmune reacciona fabricando anticuerpos que a veces puede dar lugar a sustancias que actúan deteriorando el riñón en lo que se conoce como glomerulonefritis postinfecciosa. Tambien puede afectar a las articulaciones y las válvulas del corazón dando lugar a una fiebre reumática. Hoy en día muy poco frecuente por el tratamiento antibiótico.
Diagnóstico

La prueba diagnóstica más importante es una correcta exploración física que incluye una inspección exhaustiva de la cavidad oral y la faringe. Generalmente se observan unas amígdalas aumentadas de tamaño en una faringe enrojecida y a veces aparición de placas blanquecinas sobre las amígdalas.

Mediante la exploración física no existe la certeza para decidir si se trata de una infección bacteriana que precise de antibióticos o bien una vírica que no los precisa. Clásicamente se refería a aquellas con placas como bacterianas y a las simplemente enrojecidas como víricas, aunque hoy día no es posible diferenciarlas ya que tanto en uno como en otro caso las placas pueden aparecer o pueden estar ausentes.

Debido a esta posible confusión se pueden tomar cultivos del exudado amigdalino, sin embargo, este sistema tarda unos días. La determinación de ASLO ha perdido interés en el diagnóstico de la amigdalitis aguda. Hay técnicas de determinación rápida del estreptococo, aunque no están indicadas en todos los casos.

El análisis de sangre no suele ser necesario y suele mostrar, solo a veces, aumento de leucocitos (glóbulos blancos). En casos más severos pueden existir alteraciones de los iones, datos de malnutrición por ayuno prolongado, o datos de insuficiencia renal si existe importante deshidratación. Todo esto muy infrecuente.

A pesar de estas pruebas lo más efectivo suele ser la valoración clínica del cuadro por parte del médico. Existen unas pautas de actuación a la hora de decidir el uso de antibióticos.

Las pruebas de imagen no suelen ser necesarias salvo en los raros casos de complicaciones como abscesos.

Tratamiento

El tratamiento generalmente es el de los síntomas que conlleve el cuadro. Las infecciones víricas precisarán una correcta hidratación mediante agua, dieta blanda que permita el paso por la faringe de los alimentos y tratamiento de la fiebre y el cuadro general con analgésicos del tipo paracetamol, metamizol, o en ocasiones antiinflamatorios como el ibuprofeno. No se aconseja en niños el uso de Aspirina porque puede desencadenar un grave síndrome denominado Síndrome de Reye.

En caso de afectación bacteriana además de las medidas previamente descritas puede comenzarse con tratamiento antibiótico con penicilina, amoxicilina-clavulánico, cefalosporinas, clindamicina, claritromicina o azitromicina durante 10 días (azitromicina 3 días).

En ocasiones si el cuadro es muy repetitivo, y se cumplen unos protocolos establecidos con respecto a frecuencia y síntomas, puede estar indicada la extirpación de las amígdalas.

En casos de complicaciones de abscesos periamigdalinos el tratamiento generalmente es quirúrgico, drenando el contenido purulento e instaurando un tratamiento con antibióticos. Habitualmente requiere la extirpación de las amígdalas en un segundo tiempo.

Medidas preventivas

En general guardarse del frío y evitar las bebidas muy calientes o muy frías.

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