Sindromes Metabolicos
Doctor tengo resistencia a la insulina”. En los últimos años esta frase se oye a diario en las consultas antes nunca. ¿Qué paso, se descubrió de pronto esta afección o se puso de moda?
Pero primero ¿qué es la resistencia a la insulina? La insulina es una hormona que se produce en el páncreas y permite a las células usar la glucosa, que es el azúcar más importante de nuestro cuerpo.
El azúcar común llamado sacarosa, es la unión de una glucosa con una fructosa, al digerirse se desdobla y entran a la sangre glucosa y fructosa. La maltosa, el azúcar de los cereales, es la unión de dos, glucosa y lactosa, el azúcar de la leche, de una glucosa y una galactosa.
La células de los músculos y las de la grasa necesitan insulina para utilizar el azúcar, es decir casi todo nuestro cuerpo. Puede suceder que las células empiecen a responder mal a la insulina como una radio defectuosa recibe mal la señal de la estación de radio, en estos casos el cuerpo tiene que producir más insulina de lo normal para obtener el mismo efecto y aparece el Síndrome de Resistencia a la Insulina.
A principios del siglo XX Charcot describe el Síndrome Trimetabólico que consistía en elevación de la glicemia, el colesterol y los triglicéridos, pero no se sabía a qué se debía. En 1988 Reaven redescribe el síndrome llamándolo Síndrome X y lo vincula a Resistencia a la Insulina. Hoy en día se llama Síndrome Metabólico, término aceptado universalmente por la Organización Mundial de la Salud en 1999.
¿Cómo se diagnostica?
Los criterios para el diagnóstico del síndrome metabólico son los siguientes:
Obesidad Abdominal. Cintura > o = a 94 cm. en hombres y a 80 cm. en mujeres
Tensión Arterial Alta. > o = a 130 sistólica, > o = a 85 Diastólica
Glicemia Alta. > o = a 100 mg/ml, diabetes o intolerancia a la glucosa establecidas
Triglicéridos altos. > o = a 150
Colesterol HDL reducido. <>
La resistencia a la insulina y el síndrome metabólico son condiciones graves que reducen la esperanza de vida y producen obesidad, diabetes, hipertensión, infertilidad, enfermedad cardiovascular, o aumento de frecuencia de infartos de miocardio. El tratamiento del síndrome metabólico empieza con dieta y ejercicio y esto es lo fundamental. El paciente debe mantener una dieta baja en calorías y con una cantidad de hidratos de carbono (harinas, dulces) controlada. En el futuro también se contará con medicamentos nuevos como las Incretinas, los Inhibidores del GLP-1, los bloqueadores del sistema endocanabinoide, etc.
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