27 de octubre de 2009

Trastornos de la refracción

Posted by Orlando Quevedo On 15:44 Sin Comentarios


Qué es

El globo ocular consta de 2 elementos fundamentales para realizar su función de captación y transmisión de los impulsos luminosos. Estos dos elementos son, la retina, que actúa de película sensible a la luz, y un sistema óptico, formado por el resto de estructuras, cuya misión es lograr conducir en las condiciones más óptimas la luz a la retina. El sistema óptico se conforma de la combinación de varias lentes centradas en un mismo eje (córnea, y cristalino), y que originan un cambio en la trayectoria y la velocidad de los rayos de luz denominados como refracción. Además, este sistema óptico va a presentar la capacidad de acomodación, es decir, la capacidad que tiene el ojo para poder enfocar la luz proveniente de objetos más o menos próximos mediante un aumento del poder de refracción.

Se denomina que un ojo es Emétrope, cuando los haces de luz procedentes de un punto luminoso que van paralelos, y penetran en un ojo en reposo, forman su imagen en el plano de la retina. Los trastornos de refracción o Ametropías ocurren cuando no es posible formar una imagen en el plano de la retina, y por tanto se ven borrosos.

Las ametropias se diferencian en esféricas y no esféricas, en las primeras el error de refracción es uniforme en todos los ejes del espacio, son la miopia y la hipermetropía. En las no esféricas el error no es uniforme, es el astigmatismo.

Cómo se produce

Como se ha indicado anteriormente los tres principales referentes de las ametropías lo conforman la hipermetropía, la miopía y el astigmatismo. La presbicia también podía englobarse como ametropía, y consiste en una pérdida con la edad de la capacidad de acomodación cerca-lejos. Suele producir dificultad para ver de cerca, como por ejemplo para leer.

En la hipermetropía el defecto radica en que la imagen no es capaz de formarse en el mismo plano que la retina, si no que se formaría por detrás, por ello no se obtiene una visión nítida, especialmente en la visión cercana donde se precisa aumentar la capacidad de convergencia del rayo de luz. Este defecto puede ocurrir porque el eje del globo ocular es corto, o porque el poder de refracción y convergencia de la córnea o el cristalino es menor de lo normal. Generalmente los niños suelen nacer con el ojo con tendencia a la hipermetropía, ya que su ojo es más corto, aunque con el crecimiento se va corrigiendo.

La miopía es una ametropía cuya alteración parte de la formación de la imagen por delante de la retina, al revés que la hipermetropía. Esto puede ser debido a que el eje del ojo es mayor de lo normal o porque el poder de refracción de las lentes es mayor. Por ello suelen tener la visión borrosa, especialmente en la visión lejana, cuando se precisa de un menor poder de refracción. Suele aparecer conforme se desarrolla el crecimiento para, teóricamente, ir deteniéndose posteriormente, sin embargo presenta etapas más o menos rápidas y variables de unos pacientes a otros. Existen diferentes tipos, la miopía simple aparece en edad escolar y aumenta hasta los 20 años, y son de mucho mejor pronóstico, y la miopía degenerativa o maligna, mucho menos frecuente que se asocia con defectos de la refracción muy importantes, a lo que se le añaden defectos de otras estructuras oculares. Aparece más frecuentemente en las razas judía, árabe y china, especialmente en el sexo femenino.

El astigmatismo se caracteriza porque el defecto no es uniforme en las estructuras de refracción, con lo que la convergencia no es uniforme en el mismo plano. Generalmente se debe a una diferencia en la curvatura de la córnea. Supone un defecto que suele experimentar pocas variaciones a lo largo de la vida. A veces el defecto origina variaciones anárquicas por traumatismos, heridas o ulceraciones que hace imposible la corrección con gafas. Sin embargo lo habitual es que se manifieste de forma regular y por lo tanto más abordable.

Sintomatología

La hipermetropía se caracteriza por visión borrosa a la vista cercana que inicialmente pasa desapercibida ya que el paciente compensa forzando la acomodación y el poder de convergencia del cristalino, sin embargo suele aparecer con el tiempo dolor de cabeza tras los esfuerzos visuales, picor, lagrimeo y enrojecimiento ocular, en lo que se denomina como astenopía acomodativa. Con el tiempo, cuando ya no sea posible la acomodación forzosa, comenzará a aparecer una visión borrosa. Pueden aparecer otras alteraciones como inflamación del párpado, orzuelos, estrabismo o el ojo vago (ambliopía). Su evolución suele ser en general buena ya que con el crecimiento del niño el ojo tiende a agrandarse y suele mejorar el cuadro, sin embargo si aparece de forma tardía puede no tener esa evolución.

La miopía suele acompañarse de visión borrosa para la visión lejana, de forma que para ver nítido necesita acercarse al objeto o al entornar los párpados.

El astigmatismo se caracteriza por una visión borrosa a cualquier distancia, sin embargo en los casos más leves puede que no se manifieste con tanto defecto de la visión y sí con otros síntomas acompañantes como dolor de cabeza, molestias con la luz, y fatiga ocular.

La presbicia aparece con los años, de forma que la capacidad para acomodar el cristalino para la visión de los objetos cercanos se hace defectuosa. Aparece una visión borrosa para los objetos próximos, dolor de cabeza, y disconfort visual, esto se hace más evidente en situaciones de mala iluminación o de fatiga. En un comienzo el paciente tiende a compensarlo alejándose del plano de lectura, sin embargo con el tiempo el defecto se va haciendo más evidente y severo.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa primordialmente en los síntomas que refiere el paciente durante el interrogatorio médico, y, en menor medida mediante unas pruebas de valoración de agudeza visual. La exploración oftalmológica es también necesaria ya que una ametropía puede estar indicando un defecto subyacente de otras estructuras, así como para realizar un despistaje de otras patologías oculares que puedan manifestarse también como disminución de la agudeza visual.

El examen oftalmológico debe incluir un estudio con lámpara de hendidura, para examinar posibles alteraciones en la región anterior del globo ocular. Además es conveniente realizar una medición de la tensión ocular y un fondo de ojo. El examen de agudeza visual y la visión con el agujero estenopeico, ayudarán a conocer el alcance del defecto de refracción y, mediante el uso de diferentes lentes, valorar la graduación de dioptrías para valorar el tipo de lente que puede precisar el paciente.

Tratamiento

El tratamiento en cada uno de los casos de ametropías es generalmente mediante el uso de diferentes lentes. Existen varias modalidades de lentes, desde las populares gafas, hasta los distintos tipos de lentes de contacto (“lentillas”). Las lentes deberán ser de diferentes formas dependiendo del tipo de afección, así, en el caso de la hipermetropía se usarán lentes convergentes para atrasar la imagen al plano de la retina, y en la miopía se usarán las lentes divergentes que dispersen los rayos de luz para que la imagen se forme más atrás, en el plano de la retina y, por tanto se obtenga una imagen nítida. En el astigmatismo el empleo de lentes resulta algo más complejo, y se basa generalmente en el empleo de una lente cilíndrica, y, en ocasiones, se añade otra lente esférica para los casos más severos. En la presbicia también se usan lentes convergentes para ayudar a la acomodación en la vista cercana.

Los tratamientos quirúrgicos están teniendo mucho éxito en los últimos años, desde la queratotomía radial usada desde hace años y que hoy día ha sido desplazada por la queratomileuosis asistida con láser Excimer (LASIK), en la que por medio del empleo de este tipo de láser se consigue moldear de una forma muy precisa la córnea anterior (aplanándolo en caso de miopía, abombándolo en caso de hipermetropía y regularizándolo en el de astigmatismo), y corrigiendo de una forma prácticamente definitiva el defecto de refracción.

Medidas preventivas

En general no existen medidas preventivas en los trastornos de la refracción. En el caso de presentar alguno de los síntomas mencionados se recomienda acudir a su oftalmólogo.

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