13 de febrero de 2010

Final de un cáncer sin dolor - Medicina Paliativa

Posted by Orlando Quevedo On 22:10 Sin Comentarios

Desvanecida la esperanza de una curación, el paciente con cáncer inicia un fuerte período, indefinido en el tiempo, cuyo trayecto estará permanentemente marcado por el dolor que genera el tumor en su cuerpo. La temida “fase terminal” no tiene por qué hacer traumático este transitar natural hacia la muerte, ya que existe una alternativa que le proporciona calidad de vida y una repercusión menos destructiva e intolerante a su existir y al de quienes conforman su entorno familiar: la medicina paliativa.
“El dolor es una experiencia emocional y sensorial asociada a una lesión existente o potencial. Esta definición es la más aceptada en el mundo, porque integra la dimensión afectivo-emocional y la sensorial-sensitiva del afectado”, define el anestesiólogo Sharif Kanahan citando el concepto elaborado en 1994 por el Comité de Taxonomía de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor.

El especialista indica que existen tres tipos de dolor. El nocirreceptivo, que se origina cuando la lesión sufrida libera en la zona afectada nocirreceptores que generan una inflamación y una dolencia sectorizada; el neuropático, que es cuando el anterior envía constantemente los receptores a través de la médula espinal hacia el cerebro, afectando los nervios por los que viaja en ese trayecto; y por último el mixto, que es el que padece con mayor frecuencia el paciente con cáncer. Es decir, sufre dolor en el área donde tiene el tumor y en las vías de aferencia (de la periferia al centro).

“Incluso existen patologías donde no vemos el punto desde donde se transmite al cerebro y el paciente dice tener el dolor. Un ejemplo es el síndrome del miembro fantasma, que se observa cuando se amputa algún miembro y el paciente siente el dolor como si no lo hubiese perdido”, añade el anestesiólogo paliativista.

¿Paliativista? Sí, así se les identifica a los especialistas que ayudan a los pacientes terminales a tener unos últimos días menos dolorosos, y precisamente con ese término se califica también la fase de quienes no logran superar el período curativo. “El curativo es el primer lapso en el que el paciente tiene esperanza de eliminar el cáncer, se le realizan todos los tratamientos específicos y quirúrgicos, como nefrectomía y amputaciones, o tratamientos químicos como quimioterapia, radioterapia, braquiterapia u hormonoterapia, todo con la esperanza de sobrevivir, pero cuando eso no se logra viene la fase paliativa. El foco de importancia ahora es la calidad de la vida de ese ser humano”, detalla el experto en el área.

Todos para uno

Kanahan advierte que, además de la voluntad del paciente y la de su familia por enfrentar con entereza estos momentos, los cuidados paliativos serán exitosos cuando se cumpla con su esencia multidisciplinaria, dirigida a tratar al enfermo como un ser viviente desde varias aristas y considerando su muerte como un proceso natural.

La reticencia a la aceptación de la fase terminal ha devenido en los últimos 20 años a que los pacientes oncológicos padezcan los efectos nocivos de la ignorancia y sucumban ante una enfermedad ruinosa, gastándose hasta el último centavo en intervenciones quirúrgicas y tratamientos con la posibilidad de curarlos.

“En la actualidad hay una especialidad de la medicina interna enfocada en los cuidados paliativos, en la que se evalúa al paciente en su nutrición, estado físico, problemas respiratorios, cardíacos y renales, una visión integral que lo ayudará a sobrellevar la enfermedad”, dice Kanahan, convencido de que el logro del objetivo dependerá del nivel cultural, religioso y espiritual del enfermo y los suyos.

Concentrados todos en la meta, el anestesiólogo paliativista procederá a hacer el diagnóstico utilizando la “escalera analgésica”, diseñada en 1986 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que comprende tres peldaños en los que se clasifica al dolor en un primer escalón, de leve a moderado; en un segundo como fuerte, y de intenso en el último.

“Dependiendo de la evaluación, en una escala que va del 1 al 10 se medicarán analgésicos desinflamatorios no esteroideos, paracetamol o acetaminofen, a quienes estén en la fase inicial. En el segundo escalón aplicaremos opioides débiles (tramal o codeína) combinados con aines, mientras que en el más grave se administrarán opioides (morfina, oxicodona, metadona y petidina).

Kanahan recomienda que, según las condiciones del paciente y de la ubicación del tumor, los medicamentos deben ingerirse por vía oral el mayor tiempo posible. “La medicación debe hacerse por reloj y no a demanda, lo que significa que cada sustancia debe suministrarse justo al tiempo que finaliza su efecto, evitando que vuelva el dolor”, asegura el anestesiólogo, quien considera prioritario que cada caso sea tratado de manera individual y con la mayor atención médica y familiar, a fin de manejar efectivamente los efectos colaterales de los medicamentos, que van desde constipación o estreñimiento, retención urinaria, visión borrosa, somnolencia, sequedad en la boca, náuseas y hasta vómitos.

Vías diversas

La morfina es el medicamento de oro en el tratamiento de los pacientes. Kanahan descarta de plano que esta sustancia sea sinónimo de muerte y precisa que es lo más idóneo en estos casos. “Si puede ingerirla por vía oral se medica un consumo de 0.5 a 1 miligramo por kilogramo/peso en una primera fase. A un paciente de 60 kilogramos le tocarían 60 miligramos de morfina en 24 horas, en seis tomas cada cuatro horas”, ejemplifica.

Para evitar los efectos colaterales, la morfina se acompaña de coadyuvantes hasta que se adecua el tratamiento en función de la respuesta obtenida. “Aquí no estimamos tiempo, puede durar meses o años”, alerta. En caso de que el paciente no pueda tragar, la segunda opción es la vena, pero a través de ella sólo podrá inyectarse un tercio de la dosis oral. Si la morfina resulta insuficiente, se procede a la rotación de medicamentos, que consiste en sustituir los opioides.

Kanahan dice que actualmente hay inyectadoras electrónicas que suministran la sustancia durante el tiempo que se requiera interrumpidamente y de manera ambulatoria.

“Quien no tiene venas ni puede ingerir, pero tiene mucho dolor, entonces utilizamos la vía subcutánea, colocando una mariposa en el abdomen, por donde se le pasa el tratamiento. También puede tratarse el dolor por la tibia con infusores para hueso, o un catéter peridural si la lesión es de los miembros inferiores, que se coloca tunelizado por vía subcutánea hasta el área abdominal”, refiere el paliativista, destacando que existen diversas alternativas.

Reitera que la reacción del paciente ante este “terremoto” es lo que dará la pauta. “Hay quienes prefieren decir que no sienten dolor y aceptan acudir al médico cuando se hace insoportable. No se quejan no porque no lo sientan, sino para no preocupar a la familia. El apoyo emocional es vital”. Kanahan es partidario de revelarle al afectado que tiene cáncer, porque, independientemente del tiempo, su fuerza de voluntad determinará una mejor calidad de vida.

10 de febrero de 2010

Anatomia Latarjet-ruiz Liard (descarga)

Posted by Orlando Quevedo On 10:47 30 comments

Aquí les traigo esta ayuda! de descarga de libros online... aquí les tengo anatomía de latarjet tercera edición! a full color... los 2 tomos! completamente gratuito... Se que en la imagen dice que es la cuarta pero realmente es la tercera edicion

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Espero les sirva... y si tienen algún problema en al descarga dejen un comentario! y si no tienen problemas con la descarga igual comenten! no esta demas agradecer :)

Orlando Quevedo

5 de febrero de 2010

Cronograma del curso de induccion nuevo ingreso Medicina y bioanalisis 2010"

Posted by Orlando Quevedo On 21:39 37 comments

Aqui esta el cronograma de las actividades a realizar esta proxima semana explicando, lo que se ara, el lugar y por quien estara dirigido. para las dos escuelas, bioanalisis y medicina" UC Valencia

CURSO_INDUCCION_2010

Ser adulto con el Síndrome de Down

Posted by Orlando Quevedo On 18:32 Sin Comentarios

JUAN es, según sus padres, “la pieza que le faltaba a sus vidas para que todo encajara”. Es un niño con síndrome de Down, alteración del cromosoma 21 que se da en uno de cada 700 embarazos aproximadamente. Su condición los sorprendió, pues no esperaban un hijo con estas características.

Ahora tiene 23 años, pero al comienzo de su vida era de carácter difícil, tenía un comportamiento cambiante y algunos días estaba muy agresivo. Gracias a la atención que recibió en un centro de atención para personas con este síndrome, hoy Juan es amable, encantador y colabora con sus demás compañeros.

José Manuel Molina, especialista en el manejo de la vida adulta de las personas con síndrome de Down en España, afirma que en los institutos de atención se deben potenciar los talentos de estas personas, eliminando conductas o frases como que “ellos no son capaces de realizar algunas actividades”. El especialista recomienda no castigarlos ni pegarles, porque jamás obedecerán a través de esta forma de corrección. Es muy importante que los niños que nacen con características Down sean atendidos a temprana edad, así se facilitará el proceso de aprendizaje, pueden llegar a caminar en menor tiempo y tendrán una vida adulta sana.

En España, los especialistas han avanzado en los estudios psicológicos de estas personas y descubrieron que pueden llevar una vida independiente. Molina expresa que es muy difícil, pero sí se puede lograr con monitoreo constante.

“Les damos entrenamiento en áreas sociales, les explicamos cómo deben relacionarse o la forma en que deben actuar cuando los ven diferentes. Les enseñamos a realizarse su higiene personal y a ser autónomos en el hogar. Esto es de gran ayuda para los padres, así ya no serán una carga más, como en otros tiempos”.

-No se debe descartar la idea de que ellos puedan establecer una vida independiente. Noso-tros estamos buscando a través de técnicas y terapias que lleguen a vivir en pareja o con grupos de amigos. Ya existen algunos casos, pero son muy pocos. Esperamos que esto aumente, afirma.

Afecto y sexualidad

María tiene 26 años y nació con síndrome de Down, pero eso no le ha impedido desarrollar una vida normal. Junto a Eugenio, un chico de 30 años, ha logrado establecer una relación de pareja exitosa. Ambos trabajan en una empresa y administran su casa muy bien. Según José Luis García, experto español en temas de formación sobre vida afectiva y sexual de personas con discapacidad, estas personas tienen necesidades similares al resto de la población, pero en la sociedad existe cierto tabú de hablar sobre su intimidad.

“Éste es un gran error que incrementa los riesgos de concebir un embarazo no planificado, contagiarse de alguna enfermedad de transmisión sexual o ser abusado sexualmente”.

García afirma que hay que capacitarlos y prepararlos como se hace en otras áreas de su vida, y así correrán menos riesgo en su vida sexual.

Apoyo nacional

En Venezuela, la Asociación Venezolana para el Síndrome de Down (Avesid) lleva 16 años trabajando en la capacitación y formación profesional, para orientar a los padres y enseñar a las personas que tienen esta discapacidad a realizar algún oficio donde se sientan a gusto. Información: (0212) 283-9087.

Ya su vida no es tan corta


Con los avances de la investigación médica y, sobre todo, las mejoras en las afecciones cardiovasculares -uno de los principales padecimientos de estas personas-, se ha logrado que su esperanza de vida aumente.

Hoy pueden llegar hasta los 50 y 60 años, cuando en el pasado morían a los 30 ó 35. Esta barrera se ha ido superando gracias a los tratamientos de estimulación temprana.

Molina agrega además que haberles descubierto al mundo y permitirles participar en la sociedad también les ha regalado una mejor calidad de vida.

Cifra para la reflexión

Cincuenta por ciento de los individuos con síndrome de Down son abusados sexualmente por falta de orientación.